Este hombre se llamaba Fred. Es uno de los hombres y mujeres sin techo, a los que he fotografiado durante los últimos años en la ciudad de Mons. Son muchos los motivos que llevan a estas personas a llevar este tipo de vida: enfermedades mentales, familias disfuncionales, drogadicción y alcoholismo. Suelen ser personas rotas por dentro. Fred abandonó a su familia y vivía por su cuenta. Pedía dinero en las calles. Tenía algún tipo de trastorno mental y, sin embargo, hablaba de manera coherente y era amable. Bebía litros de vodka. Durante el largo período que dura el frío extremo en Bélgica, buscaba algún sitio donde no pegara mucho el viento y se cubría con dos o tres mantas. Considerando que las casas tienen la calefacción encendida mientras hay personas dentro, durante este período, sus cobertores debieron haber sido insuficientes. No resulta sorprendente que, hace dos años, muriese después de sufrir una neumonía. No es el único al que he fotografiado y que ha muerto algún tiempo después. El gobierno tiene refugios y ayudas para ellos, pero la mayoría las rechaza. Este retrato, en el que aparece una mariposa frente a él, tiene diversas interpretaciones. Desde mi punto de vista, se trata de uno de esos gestos gratuitos que tiene la vida para ayudarnos a sobrellevar mejor nuestros infortunios.
Título: «Fascinación».