La tendencia del nearshoring, que impulsa la reubicación de la producción y servicios desde países lejanos a ubicaciones geográficamente cercanas, está generando un impacto significativo en la economía de México. A medida que las empresas buscan maximizar la eficiencia y reducir costos, es crucial reconocer la importancia de la regulación ambiental en este contexto. En este movimiento se ha generado la creciente necesidad de que las empresas adopten prácticas socialmente responsables y respeten las regulaciones ambientales del país.
Según datos de la Comisión para la Cooperación Ambiental del T-MEC, México vierte más de 5,300 millones de kilogramos en emisiones y transferencias de contaminantes de origen industrial, en un crecimiento superior al 74% con respecto al 2014.
En palabras de César Ascencio, Gerente de Seguros de Autos y Daños Empresariales en PIMSA Agente de Seguros y Fianzas: “Ante este panorama, cada vez serán más las leyes y normatividades que intentan regular la contaminación ambiental en nuestro país, tanto en materia de agua, suelo, aire, desarrollo rural, residuos etc. y con el nearshoring pueden endurecerse las medidas para las empresas.”
La principal causa de la contaminación en nuestro país, según datos de la SEMARNAT, son las emisiones de vehículos automotores y justo después de esto la industria, comenzando por la de generación de energía y seguido por toda la industria manufacturera y de procesos.
Por mucho que se cuiden las operaciones de la industria siempre existe el riesgo de impactar el medio ambiente y ante los cambios que la ley ambiental ha tenido en México en los últimos años la reparación y restitución del daño es ineludible.
Según Andrés Martínez, Senior Enviromental & Casualty Regional Underwriter de Berkley México Seguros, la responsabilidad ambiental cuenta con un componente civil que se ocupa de proteger a terceras personas ante el daño personal o material, cuenta con un componente legal que permite cumplir con las normas y regulaciones que califican y cuantifican la contaminación y por supuesto un componente financiero, pues existe un costo derivado de la contención, investigación, tratamiento, remediación o eliminación de la contaminación.
Incluso, menciona Andrés Martínez, aquellas empresas que tiene actividades de alto riesgo, como las que usan sustancias peligrosas, aunque sea en cantidades mínimas, deberán contar con un seguro de riesgos ambientales de acuerdo con la Ley General del Equilibrio ecológico y Protección al Medio Ambiente.
¿Tu negocio está preparado para evitar los riesgos que conlleva su actividad empresarial? ¿Cuentas con un plan de contingencia ante eventos inesperados que pongan en peligro al negocio y la comunidad que le rodea? ¿Estás preparado para hacer frente económica y legalmente?
PIMSA Agente de Seguros y Fianzas se ha dedicado desde hace 28 años a apoyar a sus clientes en la administración de riesgos a través de sus especialistas certificados. En esta etapa crucial del desarrollo industrial del país, se integra al auge del nearshoring junto con Berkley México Seguros como socio comercial estratégico, para asegurarse que las empresas cumplan con sus objetivos de éxito sin dejar de lado su responsabilidad con el medio ambiente.
El Seguro de Responsabilidad Ambiental de Berkley protege a las empresas para hacer frente a los daños ambientales que puedan generar al entorno donde operan, ya sea el daño a terceros o al propio predio. Con esta protección estarán amparados por contaminación súbita, accidental o paulatina. Entre sus beneficios está la protección por gastos de defensa legal, manejo de emergencias, interrupción de negocio, reclamaciones de terceros, multas, sanciones y más coberturas que pueden proteger a la empresa y garantizar el éxito de su operación en cualquiera de los tres componentes de la responsabilidad ambiental.
Prevenir los riesgos a los que están sometidas las empresas de actividad industrial comenzará a ser crucial para el éxito tanto de las grandes compañías como de nuestro país, que ofrece la mano de obra. Acatar las medidas no solo contribuye al bienestar del planeta, sino que también fortalecen la competitividad y la imagen de las empresas en un mercado global cada vez más consciente de la sostenibilidad. Con información de El Economista.