Treinta y dos personas fueron arrestadas cuando la policía holandesa disolvió una protesta contra la guerra de Gaza en la Universidad de Ámsterdam, en un segundo día de disturbios por el conflicto.
Un video capturado por Reuters parecía mostrar a agentes con equipo antidisturbios golpeando a manifestantes y policías derribando barricadas improvisadas de escritorios, ladrillos y tarimas de madera que aparentemente se habían utilizado para encender extintores de incendios con la esperanza de hacerlos retroceder. Las imágenes también parecían mostrar a la policía arrastrando a varios estudiantes mientras cientos gritaban: «¡Qué vergüenza!».
El primer ministro holandés, Mark Rutte, dijo que los acontecimientos en la universidad habían cruzado una línea. «Las manifestaciones están permitidas. Siempre. Pero el uso de la violencia contra la policía y la destrucción nunca está permitido. ¡Basta de eso!», escribió en las redes sociales.
Rutte también afirmó que «cada vez más a menudo, y con palabras cada vez más duras, se culpa de la violencia en Gaza a los judíos holandeses», describiendo esto como injustificado y una «forma de antisemitismo que debemos seguir combatiendo alto y claro».
A unos 30 kilómetros al sur, en la Universidad de Utrecht, los estudiantes ocuparon un edificio en señal de protesta, mientras que en Bélgica, decenas de estudiantes han seguido ocupando la Universidad de Gante en una protesta de tres días que ha fusionado las demandas sobre Gaza y la crisis climática.
Las tensiones sobre Gaza también se extendieron al festival de Eurovisión en Malmö, Suecia, donde la activista climática Greta Thunberg se unió a miles de manifestantes propalestinos para protestar contra la participación de Israel en la competencia.
«Los jóvenes están liderando el camino y mostrando al mundo cómo debemos reaccionar ante esto», dijo Thunberg, de 21 años, envuelta en un keffiyeh, el pañuelo tradicional que se ha convertido en un símbolo de la resistencia palestina.
En España, las manifestaciones y los campamentos continuaron en varios campus de todo el país. En la Universidad de Valencia, donde hace 11 días se instalaron tiendas de campaña, unas 50 personas piden a España que rompa los lazos con Israel.
También una asociación sin ánimo de lucro que representa a 77 universidades de toda España, tanto públicas como privadas, dijo en un comunicado que sus miembros revisarían y, en su caso, suspenderían los acuerdos con universidades y centros de investigación israelíes que no hubieran expresado «un compromiso firme con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario».
Las protestas en España recibieron un impulso de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades del país, Diana Morant, quien dijo a los periodistas esta semana que estaba «orgullosa» de los estudiantes por movilizarse. Las universidades españolas no solo deben ser «un lugar de formación académica, sino también de pensamiento crítico», ha añadido.
España, junto con Irlanda, ha sido durante meses uno de los críticos más duros de la UE con la respuesta de Israel a las atrocidades terroristas del 7 de octubre. En un informe publicado, dos fuentes comentaron a la emisora nacional irlandesa RTÉ que los dos países estaban preparados para reconocer la condición de Estado palestino a partir del 21 de mayo.
Otra fuente dijo a RTÉ que las conversaciones se habían intensificado entre España e Irlanda, así como entre Eslovenia y Malta, los cuatro países que firmaron una declaración en marzo declarando que estaban listos para reconocer la condición de Estado palestino cuando «las circunstancias sean las adecuadas».
Esta semana, el primer ministro de Irlanda, Simon Harris, dijo que había hablado con su homólogo español, Pedro Sánchez, sobre su deseo compartido de impulsar la creación de un Estado palestino. «Ambos estamos ansiosos por avanzar en esto muy pronto y nuestros gobiernos permanecen en estrecho contacto», dijo en las redes sociales.
Un portavoz del gobierno irlandés se negó a confirmar o negar la fecha de mayo, al igual que el ministro de Asuntos Exteriores de España. «Lo realmente importante no es la fecha exacta, sino la decisión», comentó José Manuel Albares a los periodistas en un evento el jueves en Madrid. «Y la decisión está tomada».
En vísperas de los planes para presentar un proyecto de resolución que reconocería a Palestina como miembro de pleno derecho de la ONU en la Asamblea General de la ONU, Albares dijo que España estaba preparada para votar a favor.
El compromiso se hizo eco en Irlanda, donde Micheál Martin, el tánaiste de Irlanda, dijo en una reunión del Partido Verde que Irlanda iba a votar a favor de la adhesión de Palestina en la reunión de la ONU.
La posible aceleración del reconocimiento palestino se produce en un momento en que los líderes de la UE se defienden de la creciente presión para responder a la operación de Israel en Rafah.
Al menos 67 eurodiputados han firmado una carta en la que instan a los líderes de la UE a convocar «una reunión urgente (…) para debatir la respuesta de la UE a los acontecimientos de Rafah». Los eurodiputados –Verdes, socialistas, izquierda radical y algunos liberales– pidieron sanciones de la UE contra Israel como «la única respuesta adecuada a esta horrenda e imprudente campaña militar en Rafah y el resto de la Franja de Gaza».
Es muy poco probable que los gobiernos de la UE, que tienen el poder de imponer sanciones por unanimidad, impongan sanciones radicales contra Israel. En cambio, la carta ofrece un testimonio de la fuerza de los sentimientos a la izquierda del parlamento. CH
