El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, desafió las expectativas al ganar más del 36% de los votos en las elecciones presidenciales del domingo, lo que lo pone en camino a una segunda vuelta con el candidato de extrema derecha Javier Milei.
La ventaja de Massa fue una sorpresa, ya que muchos creían que los votantes lo castigarían por presidir una crisis financiera. Con casi todas las papeletas contadas, ningún candidato había recibido el 45% de los votos necesarios para ganar directamente.
Por lo tanto, habrá una segunda vuelta el 19 de noviembre en la que los votantes tendrán que elegir entre Massa, del movimiento peronista de izquierda, y Milei, un libertario de extrema derecha.
Milei, que había quedado primero en las primarias de agosto, quedó relegado al segundo lugar con el 30% de los votos. Patricia Bullrich, exministra de Seguridad conservadora, quedó en tercer lugar con el 23,8%.
Tras el resultado, Bullrich se volvió contra el primer clasificado, Sergio Massa, diciendo que «no voy a felicitar a alguien que ha sido parte del peor gobierno de la historia de Argentina».
Los otros dos candidatos en las elecciones, Juan Schiaretti y Myriam Bregman, quedaron muy atrás con 6,8% y 2,7% respectivamente. Algunos de los partidarios de Massa salieron a las calles de Buenos Aires para celebrar su inesperada victoria.
Las propuestas de Milei, como la eliminación del banco central y la sustitución del peso argentino por el dólar estadounidense, atrajeron a los votantes que buscaban un enfoque radical para revertir la recesión económica de Argentina.
Milei dijo a sus partidarios que habían sido testigos de «las elecciones más importantes de los últimos 100 años», y agregó que la votación del domingo fue «histórica» porque «los argentinos votaron por un cambio».
Benjamin Gedan, director del Proyecto Argentina en el centro de estudios Wilson Center, con sede en Washington, dijo que si bien muchos argentinos estaban interesados en un cambio radical, «muchos argentinos tienen mucho que perder con el desmantelamiento del estado de bienestar social» que propone Milei.
«Si Milei está en los mítines empuñando una motosierra, bueno, en el otro extremo de esa motosierra está la calidad de vida de la gente», dijo Gedan a la agencia de noticias AFP.
Massa, por su parte, centró gran parte de su campaña en la defensa de las credenciales del actual gobierno. «Nuestro país está en una situación complicada (…) sin embargo, ustedes creyeron que éramos la mejor herramienta para construir un nuevo paso en la historia de la Argentina», dijo a sus seguidores en Buenos Aires.
El mandatario de 51 años insistió en que las medidas de austeridad aprobadas por su gobierno fueron el resultado de la deuda contraída por el FMI de la anterior administración de centroderecha.
Con dos polos opuestos compitiendo entre sí, es probable que las divisiones se profundicen en las cuatro semanas previas a la segunda vuelta, en lo que ya es un momento muy difícil para la economía argentina.
Gane quien gane la segunda vuelta tendrá un gran trabajo en sus manos: ganarse a un país harto de la política, que está lleno de gente desesperada por mejorar sus vidas. CH
