viernes, mayo 10, 2024

Palabras Más / Pensamientos oscuros

Un buen escritor expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor,  que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas. Ernesto Sábato Arturo Suárez Ramírez...
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Palabras Más / El triste Acapulco

No, no me dan pena los muertos, y mucho menos los vivos…

Cuando uno es sepulturero hay que enterrar

la lástima con cada muerto que uno entierra.

Juan Rulfo

Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez

Por muchos años Acapulco fue la joya del turismo de México, la mayoría de los turistas internacionales querían visitar el puerto lleno de sol, arena, mar, lugares que visitar y hasta por el estatus que daba vacacionar y placearse por su costera, mirar los clavados en la Quebrada o las puestas de sol para dar paso a la noche desenfrenada en sus centros nocturnos.

“Acuérdate de Acapulco María bonita” reza la canción de Agustín Lara, o “el más triste recuerdo de Acapulco” la de Juan Gabriel, también Elvis Presley le cantó como muchos otros al lugar que los inspiró para escribir canciones, de dolor, de amor, de despedida y hasta tropicales porque así es la playa.

El mundo de la cinematografía no se quedó atrás, en esa geografía se rodaron películas como “El bolero de Raquel” con Mario Moreno “Cantinflas”, Germán Valdés Tin Tan hizo lo propio. También estrellas internacionales como Sylvester Stallone, Timothy Dalton, Machete Kills.

Que decir de los famosos que se mudaron al puerto, ahí quedaron las casas de Luis Miguel, Juan Gabriel, Cantinflas, Talina Fernández, Sylvia Pasquel, Roberto Palazuelos y hasta fue refugio de famosos de Hollywood que incluso solo venían a la discoteca de moda Baby O como Marc Anthony, Michael Jordan, Sylvester Stallone, Bono, Julio Iglesias, Elizabeth Taylor, Michael Jackson y Rod Stewart, la plusvalía de la zona se incrementó con los grandes desarrollos hoteleros y la infraestructura qué se construyó.

No todo era glamour ni tampoco la socialité, también los capitalinos y de otras partes de la República visitaban el lugar, no había mucho dinero, pero una pequeña camioneta era suficiente para cargar con la suegra y hasta la mascota, que más daba si se comía sándwiches o los mejores manjares si se tenía enfrente las playas de Caleta y Caletilla, meterse en calzones y camiseta y luego ya veremos a pagar las deudas que dejó el período vacacional de Semana Santa.

Con la llegada del nuevo milenio y el despunte de Cancún y Los Cabos, Acapulco pasó a un segundo o tercer lugar, la cosa se descompuso en el estado de Guerrero, violencia, narcotráfico y malos gobiernos fueron la detonante para perder parte de su atractivo internacional, pero eso si colocándose en los primeros lugares de homicidios y delitos.

El paso del huracán Otis ha convertido Acapulco en una ciudad de errantes. Cientos de personas caminan bajo el sol para buscar agua o algo de comer, para llegar a la terminal de autobuses o para comprobar si su familia sigue viva, porque no funcionan las llamadas. Tampoco hay transporte público y la mayoría de las calles siguen obstaculizadas.

 Así que, en una ciudad de casi un millón de personas, del tamaño de Valencia, en España, o de Austin, en EE UU, la gente solo puede ir caminando. O pidiendo aventón. Cae la noche en Guerrero y como un telón la película empeora. La ciudad está colapsada entre los miles que buscan salir, la ayuda que trata de ingresar y los que regresan de Chilpancingo con gasolina y repuestos. Solo hay un camino para todos. Nadie promete seguridad.

El huracán Otis le ha pegado con todo y sin piedad, esperemos que pronto venga la reconstrucción y sea el punto de partida para recuperar el terreno perdido en el paraíso tropical… pero mejor ahí la dejamos.

Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.

Hasta la próxima.

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