Para golpear a los británicos donde más les duele no hacen falta grandes ejércitos, sino una simple decisión política que se toma a miles de kilómetros de tierra: prohibir a los barcos de Gran Bretaña pescar en las aguas del Ártico ruso.
La medida, aparentemente inofensiva, tiene como consecuencia que la flota británica no podría abastecerse de bacalao y de eglefino (un pescado muy similar), el ingrediente fundamental de su plato más popular: los fish and chips , el pescado rebozado con patatas.
La alarma ha saltado a raíz de una información del Daily Mail, y ha tocado la fibra sensible de los británicos. Según este periódico, el Kremlin quiere romper un acuerdo suscrito hace 70 años entre ambos países que permite a los barcos británicos pescar en la península rusa de Kola, en el mar de Barents, y al este del cabo Kanin Nos.
Ni en los peores años de la Guerra Fría la URSS se atrevió a dar el paso que ahora parece decidido a afrontar el presidente ruso, Vladimir Putin. Solo el año pasado se capturaron 566.784 toneladas de bacalao en el mar de Barents, el principal suministrador del pescado que se sirve en los hogares y locales británicos como fish and chips. Alrededor del 40 por ciento del bacalao y el eglefino que se venden en fish and chips en todo el país proviene tradicionalmente de estas aguas.
Pero ahora el Kremlin se ha descolgado con un proyecto de ley que haría que Rusia se retirara del acuerdo de 1956 y prohibiría a Gran Bretaña quedarse con su venerado suministro de bacalao y eglefino.
Fuentes del Gobierno británico interpretan esta jugada como una represalia del Kremlin por el apoyo británico a Ucrania en la guerra que se libra desde hace dos años.
El acuerdo de pesca entre el Reino Unido y la URSS fue firmado en Moscú el 25 de mayo de 1956 por el viceministro de Asuntos Exteriores soviético, Vasily Kuznetsov, y el embajador del Reino Unido en la URSS, William Hayter.
El pacto generó un aumento de la pesca británica en el mar de Barents y, en 1961, los buques británicos capturaron 158.000 toneladas de bacalao en la región.
Nueve años más tarde, esta cifra había aumentado a 181.000 toneladas, cuando las Guerras del Bacalao provocaron una reducción de las capturas en Islandia, y desde entonces la región ha proporcionado una enorme cantidad de bacalao y eglefino de Gran Bretaña, según la información del Daily Mail.
Pero Putin se está preparando para «denunciar» el acuerdo de la Guerra Fría, según el periódico Izvestia. La medida, que aún no ha sido aprobada por el parlamento, implica que los rusos utilizarán buques de guerra para disuadir a los arrastreros británicos que se encuentren pescando en estas aguas. Fuente La Razón.