La tensión en el Mar Rojo por los ataques de los grupos hutíes –afines a Irán– desde la costa de Yemen ha forzado a los metaneros que transportan gas natural licuado (GNL) a cambiar su dirección rumbo a Europa, mientras que la naviera Maersk ha anunciado que ya está redirigiendo su flota a través del Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica para evitar pasar por el Canal de Suez.
Según datos de Bloomberg, al menos cinco metaneros habrían cambiado la dirección de su ruta desde el pasado viernes tratando de alejarse de las costas de Yemen, paso inevitable hacia el Canal de Suez desde Asia.
Una decisión a la que se ha sumado la naviera danesa Maersk que ha anunciado el desvío de cerca de 20 buques a ambos lados del Canal de Suez y su cambio de ruta para atravesar el Cabo de Buena Esperanza, con el consiguiente retraso y encarecimiento del viaje. “Por razones de seguridad, todos los buques que anteriormente estaban en pausa y que debían navegar por la región serán ahora desviados alrededor de África a través del Cabo de Buena Esperanza”, ha asegurado Maersk. “Los buques continuarán sus viajes en las rutas desviadas tan pronto como operacionalmente factible”.
Evitar el Canal de Suez implica que los grandes buques aumentan entre 19 a 31 días su recorrido, en función de cuál sea su destino y su velocidad. Una decisión que implica un coste extra de entre 400.000 y un millón de dólares. En la actualidad, cerca del 8% de los buques que transportan petróleo por el mundo pasa por el Canal de Suez, según estimaciones realizadas por Jefferies.
La decisión de Maersk, que transporta el 15% de todos los contenedores mundiales por mar, llega después de que la pasada semana paralizara la operativa de sus buques a la espera de ver cómo avanzaba la situación en el Mar Rojo. Una pausa a la que se sumaron otras cinco grandes navieras.
Por el momento, Estados Unidos dijo que ha alcanzado un acuerdo con varios países aliados, entre ellos Reino Unido, Francia y Canadá, para crear un grupo de trabajo que contrarreste los ataques en la región. Una iniciativa que ha sido celebrada por Maersk, que ha asegurado que “nos complace ver que los gobiernos mundiales reaccionan con prontitud con esfuerzos conjuntos”. “Sin embargo, en este momento sigue siendo difícil determinar con exactitud cuándo ocurrirá esto”.
Desde el inicio de los incidentes en el Mar Rojo el pasado 7 de marzo, más de diez buques han sido atacados por los rebeldes. Los incidentes pasaron ayer factura al precio del petróleo Brent y al gas natural holandés, de referencia en Europa. Tras subir hasta un 3% en la jornada de ayer, el Brent cotiza hoy plano, cercano a los 78 dólares. Por su parte, los futuros del gas natural holandés corrigen un 8%. El lunes llegaron a subir hasta un 11% ante el temor que los incidentes en el Mar Rojo vuelvan a poner en cuestión el suministro energético en Europa. Con información de Cinco Días.