El líder electo de Groenlandia dijo que la gigantesca isla ártica no está en venta después de que Donald Trump planteara una vez más el tema de la «propiedad y control» del vasto territorio que ha sido parte de Dinamarca durante más de 600 años.
«Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca estaremos a la venta. No debemos perder nuestra larga lucha por la libertad», dijo el primer ministro de Groenlandia, Múte Egede, en un comentario escrito.
El presidente electo de Estados Unidos anunció que había elegido a Ken Howery, un ex enviado a Suecia, como su embajador en Copenhague, y comentó sobre el estatus de Groenlandia, una parte semiautónoma de Dinamarca.
«Por motivos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, Estados Unidos de América considera que la propiedad y el control de Groenlandia son una necesidad absoluta», escribió Trump en Truth Social. Trump, quien asumirá el cargo el 20 de enero, no dio más detalles sobre la declaración.
Para muchos observadores, el comentario de Trump desencadenó una sensación de déjà vu. Durante su primer mandato, Trump sugirió en 2019 que Estados Unidos debería comprar Groenlandia, que alberga la base espacial estadounidense Pituffik, de importancia estratégica.
Esa idea fue rechazada rotundamente por Dinamarca, así como por las propias autoridades de la isla, antes de que pudieran tener lugar conversaciones formales. También provocó un ridículo generalizado y se convirtió en emblemático del caos que Trump trajo a la diplomacia global tradicional, algo que ahora se espera que vuelva a suceder una vez que Trump regrese a la Casa Blanca el próximo mes.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, calificó en 2019 de «absurda» la primera oferta de Trump, lo que llevó al entonces presidente estadounidense a calificarla de «desagradable» y a cancelar una visita a la capital danesa, Copenhague.
Por otra parte, Trump también amenazó con reafirmar el control de Estados Unidos sobre el Canal de Panamá, acusando a Panamá de cobrar tarifas excesivas por usar el paso centroamericano y provocando una fuerte reprimenda del presidente panameño, José Raúl Mulino. CH