Cuando se viaja en avión solamente existen
dos clases de emociones: el aburrimiento y el terror
Orson Welles
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Como suele decirse “la primera impresión jamás se olvida” y eso sucede cuando uno llega al aeropuerto de un país que no es el propio, son ventanas para echar una mirada a la cultura y sociedades, el tráfico de personas, las vestimentas, comidas, idiomas, estos lugares se han convertido en microcosmos dignos de mirarse, miles de historias se entretejen en este momento en algún aeropuerto del mundo que por cierto se calcula existen alrededor de 42 mil.
Hubo un tiempo en que viajar en avión solo era para las clases altas, pues el costo era muy elevado, pero con el paso de los años y la creación de más líneas aéreas las personas pueden viajar dentro y fuera de su país. Pero regresemos en el tiempo, entre los años 1915 a 1920 subirse a un avión era todo un acontecimiento social, los pasajeros usaban sus mejores ropas, vestían elegante, tomaban champagne y el aeropuerto era elitista, solo para unos cuantos, ahí iban los hombres de negocios, las mujeres de la alta sociedad, los políticos, artistas y una larga lista para surcar los cielos.
Muchos de estos lugares son joyas arquitectónicas como el de Changi de Singapur que se cataloga como el más bonito del mundo. Otros son verdaderos desafíos a la naturaleza como el de Kansai que es flotante y transporta cerca de 300 mil pasajeros por semana. China llegó a su meta de tener mil 100 aeropuertos en el 2020 con tecnología de punta. Estados Unidos cuenta con mil 45, Canadá con 241, Australia 191, Brasil 120 y España 44.
Aunque nuestro México cuenta con 63 aeropuertos, la capital que es el corazón del país tiene un gran problema de saturación con su Aeropuerto Internacional, eso genera retrasos en llegadas y despegues en los vuelos, cancelación, goteras, falta de mantenimiento y hasta olores fétidos en nuestra carta de presentación. Mientras que en el 2022 se inauguró el Aeropuerto Felipe Ángeles en el municipio de Tecámac, este no ha podido ser eficiente por falta de conectividad y que no cuenta con las acreditaciones internacionales a pesar del esfuerzo del gobierno mexicano que hasta con decreto en mano a buscado que las aerolíneas se muden a ese lugar, incluso solo transportó 912 mil 415 pasajeros nacionales e internacionales en 2022, un 62% por debajo de la meta de 2.4 millones de su Plan Maestro de Desarrollo.
En su momento se dijo que para octubre iban a disminuir los aterrizajes y despejes en el AICM, pero en días recientes se tomó la decisión que fuera hasta enero del año próximo, esto provocó inconformidad del sector aéreo como por ejemplo la presidenta de la Cámara Nacional del Aerotransportes (Canaero) Diana Olivares manifestó que fue una decisión completamente unilateral.
A esto se suma lo dicho por la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), quien por medio de su vocero José Alonso expresó que están en contra de un decreto unilateral, donde no se tomó en cuenta a nadie, es una decisión equivocada que los pretextos que dan para reducir las operaciones es algo totalmente cuestionable.
El aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se inauguró en mayo de 1931 por el presidente Lázaro Cárdenas del Río, las instalaciones se han modificado en varias ocasiones por la gran demanda de pasajeros y vuelos. Fue con el presidente Vicente Fox que se inició el proyecto de hacer un nuevo aeropuerto en el Estado de México para sacar de circulación el actual, pero no fue posible por lo que iniciaron los trabajos para hacer una segunda terminal que se concluyó en el 2008 y como novedad un pequeño tren que comunica ambas estaciones. Ahora tenemos un aeropuerto en decadencia y otro nuevo que no convence a los involucrados en la industria aérea ni a los pasajeros, así que estimado lector si visita México mucha paciencia… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.