“El hombre tiene que establecer
un final para la guerra. Si no, esta establecerá
un fin para la humanidad”.
John F. Kennedy
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
El conflicto en la franja de Gaza está cumpliendo más de dos meses desde que inició este nuevo episodio, sin embargo, se cuenta que comenzó en 1948, aunque la historia es más antigua. Es una problemática compleja entre varias religiones, políticas y culturas que comparten un mismo espacio y buscan la supremacía de una sobre otra y en ello se han ido muchas vidas, historias de terror a lo largo de muchos años.
El dramatismo de los seres humanos que viven en un conflicto bélico es constante, no se sabe cuándo vendrá un ataque y se perderá la vida, las familias se rompen, los hijos quedan huérfanos o los padres pierden a sus hijos en medio de la lluvia de misiles y metrallas ese es el peor escenario para los más vulnerables y que tendrían que estar viviendo una infancia sana, libre de violencia y en lugares seguros estén a merced de cualquier cosa.
Por eso la reflexión sobre el mundo que tenemos y que vamos a dejar nunca será ocioso. Hace unos días la directora de Unicef dio a conocer que la Franja de Gaza “es el lugar más peligroso del mundo para ser un niño”, así lo afirmó Catherine Russell, quien además se dijo horrorizada por el viaje que realizó por aquel territorio y no es para menos porque en 46 días 5 mil 300 niños palestinos han muerto en bombardeos, más de 115 por día, significa el 40% del total de muertos en la franja de Gaza.
También tomó la palabra la directora de ONU Mujeres, Sima Bahous, quien subrayó la terrible situación de las madres que durante la guerra tratan ante todo de proteger a sus hijos.
“Nos dicen las mujeres de Gaza que rezan por la paz, pero si la paz no llega, rezan por una muerte rápida, mientras duermen y con los niños en sus brazos. Debería avergonzarnos a todos nosotros que cualquier madre formule una oración semejante”, expresó ante los miembros del Consejo.
Los que han logrado sobrevivir lo hacen en medio de carencias básicas, sin familia, hay mutilados que no podrán valerse por sí mismos, la guerra y la cerrazón de los líderes les robó la infancia y el futuro nada prometedor, incluso antes de este episodio se hablaba de medio millón de infantes que necesitaban diferentes formas de ayuda entre ellas la psicológica. “Van a ver sus vidas alteradas irremediablemente por la repetida exposición al trauma; la violencia y las convulsiones a su alrededor pueden inducir un estrés tóxico que interferirá en su desarrollo físico y cognitivo” remató Catherine Russell.
Insisto que las cifras son frías y teóricas, pero cada número representa una historia trastocada de una infancia rota por la muerte, o pérdida por el trauma de nacer en un lugar que representa al más peligroso para los niños y niñas… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.