El Sector Salud en Estados Unidos está en shock con el nombramiento de Robert F. Kennedy Jr., elegido por Donald Trump para el puesto de nuevo ministro de Salud; se trata de una persona con un amplio historial negacionista y antivacunas que ha llegado a cuestionar a la ciencia y a las investigaciones del VIH y el SIDA.
Su nominación ha sido recibida con desconcierto y alarma. Un activista de la salud mundial, que habló bajo condición de anonimato, dijo que la medida era similar a convertir al médico caído en desgracia Andrew Wakefield, quien afirmó falsamente que la vacuna MMR causaba autismo, en el secretario de salud de Reino Unido.
El profesor Sir Andrew Pollard, director del Grupo de Vacunas de Oxford declaró que había una preocupación real de que Kennedy pudiera usar su ministerio «para perseguir las mismas posiciones anticientíficas sobre las intervenciones de salud pública que salvan vidas que ha promovido anteriormente».
La profesora Beate Kampmann, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, recordó que la vacuna contra el sarampión ha evitado más de 60 millones de muertes en todo el mundo en los últimos 25 años.
«El progreso se perderá rápidamente en las sociedades en las que se promueva la reticencia a las vacunas, como me temo que será el caso en Estados Unidos con el nombramiento de Kennedy”.
Estados Unidos es una gran fuerza en la salud mundial como el mayor financiador y el hogar de muchas grandes compañías farmacéuticas y los principales institutos de investigación en salud. Las decisiones de sus reguladores, como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), son observadas de cerca por sus equivalentes en otros lugares.
Es probable que algunas de esas instituciones se vean afectadas por la promesa de Kennedy de «eliminar la corrupción» en las agencias de salud de Estados Unidos y potencialmente eliminar departamentos enteros. Pero el impacto de una administración Trump en la salud mundial será más amplio que cualquier política seguida por Kennedy. Trump podría restablecer sus planes de retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y es casi seguro que recortará los fondos al UNFPA, la agencia de salud sexual y reproductiva de las Naciones Unidas que trabaja en muchos países más pobres.
La postura de Kennedy sobre la vacunación está siendo observada con cautela. A nivel mundial, la cobertura de vacunación sistemática aún no ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia. Las tasas de inmunización más bajas condujeron a un aumento anual del 20% en los casos de sarampión en 2023.
Su nominación fue recibida con cautela en Berlín, donde Kennedy se hizo un nombre como escéptico del coronavirus durante la pandemia. El ministro de Salud, Karl Lauterbach, un médico calificado, ofreció sus felicitaciones, pero las expresó en un lenguaje que dejó claro su escepticismo. «Brindo por una colaboración constructiva. Sin duda, no será fácil. Pero la elección de los votantes debe ser respetada», escribió en X. CH
