La reciente crisis de la banca regional estadounidense ha puesto todo el foco en la posición de liquidez de las entidades financieras y en su capacidad de resistir una rápida fuga de depósitos de sus clientes, capaz de magnificarse con la operativa online y las redes sociales. José Manuel Campa, presidente de la Autoridad bancaria Europea (EBA), ha reconocido durante su intervención en el acto conmemorativo del 45º aniversario de CincoDías, que la banca europea está en una holgada posición de liquidez pero que quizá requiera un ajuste regulatorio a la vista de los retos actuales.
Campa ha recordado que la banca europea está en niveles de liquidez en máximos históricos, con un ratio del 160%, frente al requerimiento regulatorio del 100% de activos líquidos. Ese colchón del 60% es el que marca la diferencia frente a la banca de Estados Unidos según ha puntualizado al presidente de la EBA. “El ratio de liquidez a largo plazo, del 120%, está también muy por encima del regulatorio”, ha añadido. Es más, Campa ha explicado que el 56% de la liquidez total de los bancos de la UE es de máxima calidad, en su mayoría cuentas a la vista de disposición inmediata, lo que permite garantizar unos niveles de liquidez en línea con lo exigido por la regulación.
El sector afronta sin embargo en los próximos meses la devolución completa de las líneas de liquidez TLTRO del BCE, que ponen fin a años de financiación gratuita para el sector y que ahora deberá ser compensada con más emisión de deuda y captación de liquidez. Además, como reto para el largo plazo, la banca toma nota de lo sucedido en la banca de Estados Unidos y de cómo las fugas de depósitos han precipitado la quiebra de entidades como Silicon Valley Bank y de gigantes sistémicos europeos como Credit Suisse.
Ante el riesgo que suponen esas fugas fulminantes de depósitos, en un contexto en que la banca ofrece servicio online de 24 horas al día los siete días de la semana, el presidente de la EBA ha advertido de la posibilidad de un cambio regulatorio en cuanto a la liquidez con el fin de prevenirlas. “Hay que mejorar primero la gestión, como reconoció la Fed. En segundo lugar, la supervisión, que en los últimos meses está siendo más próxima y continua. Y en tercer lugar, quizá ajustar la regulación. Hay una tensión entre la operativa de pagos instantáneos las 24 horas y la estabilidad financiera”, ha señalado.
El impacto del alza de tipos es otro de los grandes retos que afronta la banca europea y que aún no se ha materializado, según ha apuntado Campa, en gran medida por una fortaleza de la economía y el empleo mayor de lo esperado. Pero el efecto de esa subida de tipos en la calidad crediticia es un riesgo real para el sector, que se refleja en aspectos como el volumen de créditos que están en la antesala de ser considerados como morosos y que continúan en máximos históricos. Se trata de un volumen de crédito en riesgo que ha ido rotando desde la pandemia, cuando comenzaron a aparecer señales de alarma en los sectores más expuestos al comercio internacional. Ahora esas dificultades se concentran en los sectores más expuestos a la persistencia de la inflación. Aunque según ha advertido Campa, “los sectores más vulnerables son primero las pymes, por su carácter más cíclico, y luego las empresas y familias endeudadas con créditos ligados el euríbor”.
El grado de resistencia de la calidad crediticia de la banca europea a ese impacto de las alzas de tipos será precisamente lo que calibrará el próximo test de estrés que prepara la EBA y cuyos resultados se conocerán a finales de julio. “La banca europea está en buena posición de capital y liquidez en un entorno difícil, de tipos altos por más tiempo que traerán más paro y menor actividad económica”, ha advertido Campa. “Esperamos que el test sea generador de confianza. El futuro es lo que nos queda y es lo mejor”, ha zanjado su intervención el presidente de la Autoridad Bancaria Europea. Con información de Cinco Días.