El próximo 11 de marzo, en el cuartel general de la OTAN, ondeará la bandera de Suecia como su miembro número treintaidós después de largos meses de espera.
Esto ha sido gracias a que Hungría abandonó su oposición y permitió que un país históricamente neutral se convierta en miembro, consolidando el control de la alianza en la región nórdica
El proceso de ratificación de Estocolmo finalmente se completó en Washington el jueves, cuando Suecia y Hungría, el último país en ratificar la membresía de Suecia, presentaron los documentos necesarios después de un proceso prolongado que ha durado casi dos años.
Para Suecia, marca el final de una espera de 20 meses que comenzó en mayo de 2022 cuando presentó su solicitud de adhesión junto a Finlandia, impulsada por la invasión rusa de Ucrania en febrero de ese año. Finlandia se convirtió en el miembro número 31 de la OTAN el año pasado.
La ratificación también marca un cambio histórico en la identidad nacional e internacional de Suecia, ya que se aleja de la neutralidad que comenzó al final de la guerra fría. La ratificación consolida el control de la OTAN sobre la región nórdica, con todos los países ahora miembros, y convierte al Báltico en un «mar de la OTAN».
El proceso se completó alrededor de las 17.30 hora sueca, cuando el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, presidieron una ceremonia en la que se depositó oficialmente en el Departamento de Estado el «instrumento de adhesión» de Suecia a la alianza.
«Hoy es un día verdaderamente histórico. Suecia es ahora miembro de la OTAN. Somos humildes, pero también orgullosos. La unidad y la solidaridad serán una luz que nos guíe. Suecia está dejando atrás 200 años de neutralidad y no alineamiento militar. Es un paso importante, pero un paso muy natural».
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, fue uno de los primeros en felicitar a Suecia y dijo que la bandera sueca se izaría frente a la sede de la OTAN en Bruselas el lunes.
«Es oficial: Suecia es ahora el miembro número 32 de la OTAN, ocupando el lugar que le corresponde en nuestra mesa», escribió en las redes sociales. «La adhesión de Suecia hace que la OTAN sea más fuerte, Suecia más segura y toda la alianza más segura».
El camino de Suecia hacia la adhesión a la OTAN -que comenzó con la exprimera ministra Magdalena Andersson, del Partido Socialdemócrata Sueco, y fue asumido en 2022 por su sucesor, Kristersson, del Partido Moderado- ha sido diplomáticamente tenso y prolijo.
En primer lugar, Turquía hizo múltiples demandas con respecto a la postura de Suecia hacia los miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que es considerado un grupo terrorista por Turquía, Estados Unidos y la UE. Entonces, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y los miembros del Congreso de Estados Unidos habían vinculado el respaldo de Turquía a la membresía de Suecia en la OTAN con la aprobación por parte del Congreso de la venta de aviones y kits de modernización de Lockheed Martin a Turquía por 20.000 millones de dólares.
Turquía finalmente dio luz verde a Suecia en enero, pero Hungría continuó arrastrando los pies. Algunos observadores atribuyeron la demora al primer ministro nacionalista de Hungría, Viktor Orbán, quien tiene estrechos vínculos con el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Otros piensan que tuvo más que ver con el deseo de Orbán de hacer alarde de la influencia militar y económica de Hungría, especialmente ante una audiencia nacional. El parlamento húngaro finalmente votó «sí» a finales del mes pasado.
