La Unión Europea consiguió desbloquear el nuevo paquete de 50.000 millones de ayuda a Ucrania para los próximos cuatro años sin ceder a las demandas del ultranacionalista húngaro Viktor Orbán, que exigía mantener un poder de veto anual.
Este pacto llega en un momento clave porque Estados Unidos también tiene problemas para aprobar nuevos desembolsos a Ucrania, que se enfrentaría a problemas de liquidez si no han llegado nuevas ayudas en marzo. Con el acuerdo de este jueves, Kiev espera ahora recibir ese mes un primer desembolso de 4.500 millones de euros de los fondos europeos recién aprobados.
El acuerdo europeo se fraguó en un encuentro en el que estaban presentes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y los máximos mandatarios de Alemania, Olaf Scholz, Francia, Emmanuel Macron, e Italia, Giorgia Meloni, además del propio Orbán.
En ese formato reducido se pactaron una serie de cambios que después se comunicaron a otros dirigentes, entre ellos el presidente de Gobierno español, Pedro Sánchez.
Tras estos contactos se inició la cumbre formal con los veintisiete líderes en la mesa, pero no fue necesario debate ni votación y el presidente del Consejo Europeo anunció el acuerdo apenas unos minutos después, en un mensaje compartido en la red social X.
Finalmente, el paquete de ayuda a Ucrania (17.000 millones en subvenciones y 33.000 en créditos) formará parte de la revisión del presupuesto común de la UE, algo que Budapest rechazaba en el inicio de las negociaciones y que utilizó para bloquear el acuerdo en la cumbre de diciembre.
Orbán quería garantizarse la posibilidad de vetar cada año el desembolso de fondos a Kiev, pero el acuerdo de los líderes sólo contempla un debate anual sobre la marcha del programa en los que no tendrá ese poder. Los Veintisiete también han abierto la puerta a revisar las ayudas en dos años, pero, de nuevo, cualquier cambio tendrá que ser respaldado por todos los socios.
Además, los Veintisiete han recordado que el mecanismo para proteger los principios del Estado de derecho, en virtud del cual la UE tiene bloqueados 6.300 millones a Hungría, se debe aplicar con proporcionalidad, lo que en la práctica no supone cambio alguno.
Tampoco consiguió Orbán que se reduzca la contribución que debe hacer Budapest al presupuesto comunitario para pagar los intereses de la deuda de recuperación, apuntan fuentes comunitarias.
Aún así, el primer ministro húngaro vendió el resultado de la cumbre como un triunfo, al alegar que habrá un mecanismo de control que garantizará que los fondos enviados a Ucrania no sean los que le corresponden a Hungría y que se utilizarán con sensatez.
La intransigencia de Orbán, que ya ha recurrido en varias ocasiones a su poder de veto para bloquear unilateralmente acuerdos clave, han exasperado al resto de líderes europeos, que en los últimos días han aumentado la presión sobre Budapest y se han mostrado inusualmente duros con el chantaje del político ultraconservador.
Los más claros al llegar a la reunión fueron la estonia Kaja Kallas, que pidió romper este patrón en las cumbres y acusó a Orbán de querer «llamar la atención» en cada cita, y el polaco Donald Tusk, quien tildó la postura húngara de «juego extraño y egoísta» y dio un paso más al denunciar que «amenaza la seguridad» de toda la UE.
Antes de la cumbre, la temperatura ya había subido con la filtración de un supuesto plan para sabotear la economía húngara e incluso para de no haber logrado un acuerdo unánime, contaban con pulsar el botón nuclear que permitiría en última instancia retirar el derecho de voto a Hungría. o aprobar los fondos incluso sin el visto bueno de Budapest.
Con todo, el final del veto húngaro supone un alivio para la economía ucraniana, y el presidente Volodímir Zelenski aprovechó su intervención por vídeo en la cumbre para celebrarlo y a la vez urgir a Estados Unidos a seguir el ejemplo de la UE.
Justo la Comisión Europea anunció que 32 países europeos han enviado, a través de su mecanismo de protección civil, más de 140.000 toneladas de suministros vitales y esenciales a Ucrania desde que comenzó la guerra, con un valor estimado en unos 796 millones de euros.
«Esta contribución crucial a Ucrania a través del mecanismo está ayudando a mantener abiertas diversas infraestructuras vitales. Garantiza que la ayuda humanitaria llegue a los ucranianos que más la necesitan, de forma segura y puntual», remarcó el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic.
Mientras, tanto Michel como Von der Leyen pidieron a Estados Unidos que apruebe también su paquete de ayuda a Ucrania, valorado en 61.000 millones de dólares y atascado en el Senado por la oposición del Partido Republicano en pleno año electoral.
“Creo que hemos demostrado hoy con estos 50.000 millones que apoyamos a Ucrania y creo que será un incentivo para que los Estados Unidos también hagan su parte”, dijo Von der Leyen en la rueda de prensa posterior a la cumbre.
El contrapunto lo puso la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, que defendió que Europa «tiene que hacer más por sí misma y en cooperación con otros aliados.
En 2023, la UE entregó 18.000 millones de euros en préstamos a Ucrania para hacer frente a necesidades urgentes, y otros 28.000 millones de euros en ayuda militar, entre la proporcionada por las instituciones comunitarias y los Estados miembros a titulo individual. CH